Quinto capitulo

20:26

Titulo: Irresistible
Autor: Luana Montagna
Genero: Romántico, realista.
Edad: 12 años (contiene Bullying)
HOLA CHIC@SSSS, PERDONENME POR NO HABER SUBIDO CAPITULOS ESTAS SEMANAS. ESTUVE CON PROBLEMAS EN MI INSTITUTO, UNAS MATERIAS PREVIAS QUE DI MAL, PERO BUENO. LO QUE ME QUEDA ES PASAR LOS DEMÁS BORRADORES AL WORD Y LISTO, ESPERO QUE LES GUSTE EL CAP Esa misma noche dormí en la casa de Ezequiel. Compartí habitación con Roxy. Al día siguiente, me levanté sin hacer ruido ya que mi cuñada—suena muy raro llamarla así— entraba más tarde a clases. Me dirigí al baño para cambiarme de ropa, me deshice del pijama que ella me había prestado y me vestí con la ropa de mi instituto. También me peiné. Ya lista, tomé mi celular de la mesa de noche y bajé las escaleras porque oí ruidos en la cocina. Suponía que Ezequiel y Andrew estarían desayunando, y supuse bien. Les saludé con una sonrisa y un “buenos días”. Me correspondieron y me senté en una de las sillas vacías, con dos tostadas y un café con leche sobre la mesa. Miré a Ezequiel quién aún no se había vestido con la ropa del instituto, solo llevaba bóxers y remera. —Buenos días amor —besó mi frente y tomó asiento a mi lado — ¿Cómo dormiste? —Muy bien, ¿tú? —observé con disgusto mi plato, suspiré y comencé a comer. —Bien —se acercó a mi oído —soñé contigo, si quieres recreamos la escena en mi cuarto. Me atoré con un pedacito de tostada, él rió levemente. —Está bien —dije y reí. Dirigí mi vista hacia el televisor ya que desde mi lugar podía verlo. Los videos de MTV también acompañaban las mañanas de los Pevensie. ‘Everything has changed’ de Taylor Swift y Ed Sheeran recién comenzaba. La música es algo que adoro con todo mi ser. Amo cantar y deseo con todas mis ganas aprender guitarra, pero primero necesito una y para eso estoy ahorrando hace unos meses, pero todavía me falta. Minutos después terminé mi desayuno. —Ven. Ezequiel tomó mi mano y me llevó escaleras arriba hacia su pequeña pero acogedora habitación. — ¿Qué hacemos aquí? ¡Tienes que cambiarte para ir al instituto! —Calla y bésame. Enredó sus brazos en mi cintura y cerró la puerta detrás de mí. Su boca se acercaba sigilosamente a la mía, corrí mi cara y apoyé mi mentón en su hombro para luego aferrarme a él y abrazarlo. — ¡Eso no vale!— rió— ¿Hablaste con Roxanne anoche? —Sí. — ¿Le contaste sobre tus cortes, tus problemas…? —Sip. — ¿Cómo se lo tomó? — ¿La verdad? Nada bien al principio… comenzó a llorar y te insultó un par de veces, incluso quería venir a tu cuarto para golpearte. Luego le dije que no fue tu culpa y bueno —expliqué aún en sus brazos —, terminamos llorando juntas. — ¿No quieres quedarte? —Señaló la cama con sus ojos cuando quedamos frente a frente —, no hablo de hacer… eso…, hablo de dormir. Hace frío y es muy temprano aún. Pensé en silencio unos segundos y por fin dije: —No quiero dejar a Ap sola. —Pe… —Te espero abajo. Besé la punta de su nariz y bajé las escaleras. 7:20 de la mañana, ya nos encontrábamos en el instituto. April aún no llegaba, y no había señales de vida de Clarie. Tenía clases de matemática a las dos primeras horas de la mañana, era lo más feo que podía existir. Me entretuve hablando con las chicas de la división del turno mañana, la conversación no era del todo divertida… pero era lo único que había, aparte de que estábamos todas con mucho sueño y demás. Minutos después el timbre sonó y nos dirigimos a la formación. Mis compañeros de curso se encontraban todos amontonados, con suerte pude encontrar a las chicas, que por suerte no me odiaban. —Media vuelta. Momento de ver como izan la bandera. Todas las mañanas era la misma rutina. Llegar al instituto, esperar a que toque el timbre para la formación, ver la bandera, reflexión de algún profesor y todos a clases. Era cansador. El profesor Daniels dio el discurso esta semana, y nadie le prestaba atención. Habla lento y bajito. Minutos después me dirigía a mi aula. April cruzó la puerta principal y nuestras miradas se encontraron rápidamente. Ella se acercó a mí y subimos las escaleras para ir hacia el aula veinticuatro. Dos horas haciendo cuentas y resolviendo problemas, no era lo mío, definitivamente no lo era. Las horas que siguientes pasaron rapidísimo, por lo cual, la hora del almuerzo llegó en cuestión de segundos. —Dijo Ezequiel que nos encontraría aquí —le dije a Ap que se moría de hambre y tenía que irse al médico —, aguanta, ya llegará. Al cabo de unos segundos Ezequiel apareció y nosotros dos fuimos a almorzar a mi casa. Mi mamá, Jeannette, con gusto decidió hacernos unos sándwiches. El resto del día, salí a correr con Eze como habíamos acordado y luego hice tarea y hablé con mis amigas por redes sociales. Así hasta llegar al sábado en la noche. Esa noche tenía una fiesta de Alisson. April, Clarie y Ezequiel estaban invitados, al igual que todo el instituto. Ellos me insistieron para que acepte ir. Era mejor que pasar una noche leyendo, aburrida y sin hacer nada, ¿no? Frente al espejo me observé una y otra vez. No me sentía a gusto con la ropa que April había elegido para mí; calzas negras ajustadas de goma y una remera en blanco con la estampa de USA y su bandera y unos botas que combinaban. — ¿Puedo entrar ya? —No. —Sí. — ¿Sí o no? Fulminé con la mirada a Clarie. Ezequiel se encontraba fuera de la habitación. —Sí —finalizó April. Al entrar se quedó sorprendido cuando me vio. Él llevaba camisa negra, pantalones blancos y zapatillas, típico y sencillo vestuario de hombre. —Wow, te ves… — ¿Horrible? —Hermosa. — ¡Es lo que yo le digo pero se niega a ir así! —reprochó Clarie. —Amor, estás hermosa. Y no lo digo por compromiso ni porque seas mi novia, realmente luces hermosa. Si te sientes insegura allí me dices y vamos a mi casa a ver una película. —Me siento insegura ahora. —Mírame —tomó mi mentón —, Lucette, mírame —dijo luego de que yo no obedeciera —Eres la persona más bella y especial de la tierra, ¿sí?, Alisson y las demás solo te envidian, es notable eso. Hoy tienes que mostrarte fuerte ante ellas. Muéstrales que sus palabras no te hicieron daño. —Pe… —Sé que lo han hecho, pero hoy demuestra lo contrario. Quiero que hoy pases una de las mejores noches con nosotros, quiero que olvides tus problemas por un rato, solo eso. Yo te cuidaré. —Aww —dijeron al mismo tiempo April y Clarie. Giré mi vista hacia el espejo nuevamente. Cambié de perspectiva… o eso creía. Me veía linda, segura de mi misma, ¿acaso esto es una broma? —Estoy lista. —Tartamudeé. — ¡Esa es mi chica! —Iré a avisarle a mi padre que vaya sacando el coche del garaje —dijo Clarie y se fue de la habitación. —Yo iré a… ¡Clarie espérame! Ya solos tomé la chaqueta de cuero negra que estaba sobre la cama y me la puse. —Gracias. —No agradezcas, ángel. —No hables como Patch. — ¿Por qué no, ángel? —preguntó burlonamente. —Porque tú no eres como él, ¡ya supéralo! —Reí —Vámonos, se hace tarde. —Aguarda, ángel. — ¡Ezequiel! Él rió —Prométeme que te divertirás y que si hay problemas me avisas. —Lo prometo —Deposité un dulce beso en la comisura de sus labios y la bocina del auto del Sr. Benson, el padre de Clarie, sonó —. Nos están esperando. El Sr. Benson nos dejó en la puerta principal en la puerta de la mansión. —Diviértanse. Cualquier cosa pueden llamarme para que los pase a buscar temprano si quieren. —Pa… —Está bien, lo siento. Adiós, ¡no se aloquen! — ¡Papá! Este se fue y a nosotros nos tocó recorrer lo que quedaba hasta llegar a la puerta principal. Al llegar a la mansión la cara de Ezequiel fue de asombro absoluto. —Dos pisos, quince habitaciones, contando baños, salas, cocina, etc. —Wow. —Lo sé, genial para una niña mimada, ¿no? La música estaba justa para poder charlar o bailar. Alisson y Lana se encontraban en la ‘zona vip’. Me vieron. Alisson sonreía maliciosamente, esto no era bueno. —Ya nos vieron —le dije en el oído a Ezequiel mientras me aferraba más a su brazo. —Tranquila, respira profundo. Todo saldrá bien. Ambas bajaron de su lugar y se acercaban a nosotros que nos encontrábamos casi en el medio de la pista. Detrás de ellas había un chico alto vestido con camiseta y vaqueros. —Hola. —Hola Alisson —tartamudeé. — ¿Quién es el chico? Ella sabía muy bien quién era. El año pasado, cuando nosotras éramos amigas, vivía contándole sobre él, lo que pasó con él y todo. Ella formaba parte de Clarie, April y yo. Odiaba profundamente que se haga pasar por la típica popular que no conoce a nadie, solo a los amigos que tiene a su alrededor, que son pocos. —Soy su novio. — ¿Esto es un chiste, verdad? —No, mi querida Alisson, no lo es. —Excelente ya que todos decimos la verdad, aquí voy —Lana se movió hacia la derecha para que el chico que estaba detrás se acerque —. ¿Te acuerdas de él, no? —rió. Era Patrick, mi ex — ¿Pero qué estoy diciendo? Seguro recuerdas todas esas noches descontroladas con él —Patrick sonrió —. Él es mi novio. —Te felicito —dije sarcásticamente — ¿Quieres que festeje? ¿O qué salte en un pie? —No. Solo quería advertirte que si lo tocas, eres mujer muerta. — ¿Quién dijo que iba a… — ¿A tocarlo? ¿A hacer todas las cochinadas que hicieron? —Es suficiente —dijo Ezequiel. — ¿Te cuesta aceptar la realidad, Pevensie? —Esa no es la realidad, tú misma lo sabes. — ¡Por favor! Todos saben que nosotros hicimos cosas —Intervino Patrick —, ¿O no Luci? —Vámonos. —Tomó mi mano. —De acá no se va nadie. Es más, tengo una sorpresa para ti, Lucette y no quisiera que te la pierdas.

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