Segundo Capitulo

21:07


Titulo: Irresistible
Autor: Luana Montagna
Genero: Romántico, realista.
Edad: 12 años (contiene Bullying)
Llegó la hora del almuerzo y todos los alumnos del instituto salían de sus respectivos salones en busca de algo para comer.
Después de pasar toda una mañana con Ezequiel en la hora de taller, me sentía mejor que antes. Lo mejor fue cuando Harries nos encerró en el aula.
*Flashback*

—¡Pevensie! ¡Henderson! —Dejamos de hablar instantáneamente.
—¿Si profesor? —Preguntó Ezequiel algo temeroso. Él le tenía un poco de miedo a Harries. Pero... ¿Cómo no tenerle un poco de miedo a alguien como Harries? Alguien que si te llama es para burlarte o decirte que lo que estás haciendo está mal.
—Los dos pasaran los quince minutos del recreo aquí dentro, como castigo. —Sentenció.
—¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! —Pregunté a la defensiva.
—Veinte minutos.
—Pe-
—¿Quiere más?
—No.
— Entonces cállese.
El timbre sonó anunciando que el recreo comenzaba.
—Vamos, salgan —Nos miró —Excepto ustedes dos.
Salió del aula y sin más que decir luego nos encerró con llave.
—¿Está loco o qué? —Pregunté rendida sentándome en mi silla.
Eze suspiró. —Te ves linda cuando te enojas —No pude evitar sonreír. — Hasta te sonrojaste —Suspiró nuevamente pero satisfacción. —Nadie puede resistirse a mis encantos.
—¿Tus encantos? —Reí. —¿Cuáles?
—Tú ya sabes cuales.
—Hmm, no lo creo.
—Pues yo sí.
—Yo no.
Comencé a tararear una de mis canciones favoritas de Bieber.
—¿Qué canción tarareas?
—Never let you go —Dije garabateando algo en una hoja, segundos después agregué: —De Justin... —No respondió. —Bieber.
—No la conozco, cántamela.
—¿Qué? ¡Ni soñando! Canto pésimo —A decir verdad, y sin presumir, mucha gente dice que canto bien y que debería ser cantante profesional, pero por ahora canto por hobby.
—Anda. De seguro te la sabes de memoria, anda cántala... ¿Por mi? —Hizo cara de perrito.
—Lo siento, pero no... Aparte, en cualquier momento puede llegar Harries y tus amigos.
—No son mis amigos —Dijo frío.
—¿Por qué? ¿Qué ocurrió?
Se sentó sobre la mesa en dirección a mí.
—No es fácil de decir...
—Tengo todo el tiempo del mundo —Dije para que se sienta en confianza.
Quedó mirando el techo por unos minutos. Se veía tan dulce.



Ezequiel y yo nos conocemos hace tres años aproximadamente. Todo empezó cuando fui de vacaciones con mis primos y bueno, ya saben cómo son los chicos, consiguen amigos rápidamente mientras que nosotras somos más tímidas. Mis primos tienen una casa en la costa y la de Ezequiel estaba a unas calles.
Uno de esos días de calor insoportable decidimos, mis primos, tíos, mis padres y yo, ir a la playa. Yo siempre hablando con mi primo August que en ese momento tenía doce años y yo trece, si era una niña recién aprendiendo que era la adolescencia. Dos primos más iban conmigo, Phil y Mathew que en su momento tenían quince y diecisiete.
Al llegar a la playa comenzamos a buscar lugar para situarnos y dejar nuestras pertenencias. Había un lugar en donde, increíblemente, no hacía ni calor y ni frío, así que no dirigimos hacia allí.
—Hey, Lu —Dijo Phil. —Encontré una amiga para ti.
No entendí de lo que hablaba hasta que giré mi vista hacia la familia que se encontraba al lado del lugar que íbamos a ocupar. La chica que al parecer tenía mi edad no me llamó para nada la atención ya que estaba tranquila jugando a algo con un aparato. Lo que llamó mi atención al cien por ciento, fue un chico de mediana estatura, pelo negro corto y tez un poco blanca. Tenía unas
unos lunares en su mejilla derecha.

Con torpeza deje las sillas de playa y la abrí. Ayudé a armar la carpa iglú que llevaba mi padre. Luego, Phil y Mathew se me acercaron.
—¿Vamos a hablar con ellos? —Preguntó el más grande señalando discretamente a el chico y a la chica de la familia anterior que ahora hablaban entre ellos.
—No sé tú —Dijo Phil. —Pero yo necesito un amigo para pasar estás dos intensas semanas de verano.
—¡Espérenme! —Exclamó August agarrando raquetas de tenis.
—Dale enano —Dijeron al unisonó. —¿Vienes con nosotros? —Preguntó Phil. —Puedes hacerte amiga de esa chica.
Suspiré. —Está bien, iré. Pero no me hagan quedar mal como siempre. Se los ruego.
Fuimos hacia ellos quienes seguían hablando entre sí. Al cabo de unos segundos ya estábamos allí.
La chica tenía puesta una bikini de rayas azules, rojas y blancas. Su cabello era castaño, la tés de su piel era igual a la del que parecía ser su hermano y llevaba brakets
—Hola, soy Mathew —Dijo.
—Hola —Respondieron los dos.
—Ellos son mis hermanos, Phil y August —Se saludaron. —Y ella es mi prima Lucette —Lo saludé, a diferencia de mis primos, con un beso en la mejilla, y a la chica también.
—Un gusto conocerlos —Respondió él. —Mi nombre es Ezequiel y ella es mi hermana Roxy.
—¡Genial! —Exclamó Phil. —Ya nos conocemos. —Todos reímos. —¿Quieres jugar al tenis con nosotros? Solo nos falta un jugador.
—Por supuesto —Dijo Ezequiel, tomó la raqueta que le ofreció y se fueron lejos de nosotros.
—¿Cuántos años tienes? —Me preguntó Roxy.
—Trece, ¿Tu? —»¡Por favor que tenga trece! ¡Por favor que tenga trece!« Rogué para mis adentros.
—¡Qué casualidad! ¡Yo también! —Comenzamos a caminar. —¿Nos sentamos? Digo, así hablamos más cómodas.
—Claro, como tú quieras —Sonreí. Buscamos un lugar entremedio de mi familia y la de ella. —¿De dónde eres?
—De Palermo, ¿y tú?
—¡Yo también! ¡
¡Qué casualidad!
—La verdad que sí —Rió ligeramente. —¿A qué instituto vas?
—Al Pal High School ¿Y tú?
—¿En serio? Mi hermano va ahí, a la secundaría…Yo voy al Mr. Sanderson, está a unas cuadras.
—Oh, ya veo —Amaré este año de secundaria, lo haré. —¿Por qué van a distintos institutos?
—Larga historia —Suspiró. —Bueno, no en realidad... solo quería causar suspenso. Nosotros vamos a colegios distintos porque él ya escogió la carrera que quiere seguir —Me explicó. —Y yo... Bueno, estoy en primer año de secundaria y-
—Yo también, bah, comienzo este año —La interrumpí. —Lo siento... —Me disculpé. —Puedes seguir.
—No lo sientas —Sonrió. —Y hasta que yo no sepa que seguir me quedo en mi colegio, o me voy al de ustedes.
—Oh, bueno, ojala que te decidas y luego vengas conmigo.
—Mejor hablemos de otra cosa, para las clases falta —Tiene sentido.
Varios minutos después seguíamos hablando y luego, los chicos, nos llamaron para hacer un castillo de arena.
Según dijeron ellos, había una competencia de que familia hacia el castillo de arena más grande, el premio no recuerdo bien que era, pero si recuerdo que queríamos ganarlo a toda costa.
Teníamos una hora para armarlo. Éramos seis, entonces nos repartimos en parejas de dos, Roxy con Ezequiel, Phil con Mathew y yo con August. Una hora después habíamos terminado.
Según dijeron ellos, había una competencia que organizaba la radio de la playa, "The Gesell Radio", la competencia consistía en que familia hacia el castillo de arena más grande, el premio no recuerdo bien que era, pero sí recuerdo que queríamos ganarlo a toda costa.
Teníamos una hora para armarlo. Éramos seis, entonces nos repartimos en parejas de dos, Roxy con Ezequiel, Phil con Mathew y yo con August. Una hora después habíamos terminado.
La conductora se acercaba a cada castillo con un anotador y un lápiz en mano.
Quisiera decir que ganamos, pero no fue así. Al menos el intento valió la pena.
El resto de la vacaciones los seis nos amigamos muchísimo, éramos casi inseparables. El último día Ezequiel dijo que me tenía que comunicar algo, solo a mí, en persona y a solas. Recibí un mensaje de texto alrededor del mediodía. "Nos vemos en la esquina de mi casa a las 3. Eze."
Luego de almorzar, mis primos y yo, empacamos nuestras cosas y las guardamos en la camioneta. Era duro dejar este lugar, era duro el fin de las vacaciones.
Ir, yendo y viniendo con los bolsos me había dado calor, más del que hacía, entonces decidí tomar una ducha. Minutos después subí a mi habitación y me puse una remera con un estampado de una calavera en color negro, unos shorts y mis Converse azules. Luego me peiné y deje mi cabello suelto.
El reloj marcaba las dos con cuarenta y cinco minutos, toda mi familia se había dirigido a la playa, ya que para abandonar la casa teníamos tiempo hasta la noche. Mis nervios aumentaban con el correr del tiempo. Mi celular vibró. Lo tomé y observé que me había llegado otro mensaje de Ezequiel.
"¿Quieres ir ahora? El tiempo pasa... lento."
Reí al leer su mensaje y respondí: "Claro, voy en camino.” Tomé papel y lápiz, garabateé algunas palabras y dejé el papel en la mesa. Luego tomé las llaves y me dirigí rápidamente hacia el punto de encuentro.


—Hey, Luci —Dijo al verme. Llevaba puestas unos bermudas, una remera a rayas gris y celeste y zapatillas.
—Pevensie —Sonreí, lo abracé y él me correspondió. —Bien, —Suspiré. — ¿Qué querías decirme? O ¿Qué pasó?
Del bolsillo derecho de sus bermudas sacó un collar, lo tomó con ambas manos y lo anheló por unos segundos, luego regresó la mirada hacia mí.
—Sé que pasaste mucho más tiempo con mi hermana, pero… el poco tiempo que pasé contigo fue estupendo —Sonrió muy dulcemente al pronunciar la última palabra. —Ten —Tomé aquel collar, que hasta no tenerlo en mis manos, no supe qué forma tenía.
—Wow, es… muy hermoso —Mi ojos se humedecieron. —¡Muchas gracias! —Lo abracé.
Era el collar más hermoso que vi en mi vida. Una pieza de rompecabezas de plata, sencillo pero hermoso.
—De nada —Dijo luego, depositó un beso en mi mejilla y se separó de mí. —Mira detrás —
Obedecí y detrás pude observar palabras escritas en él, o al menos la mitad de ellas.
—Aquí faltan palabras —Fruncí el seño.
—Así es, —Largó una pequeña risilla. —Por qué la otra pieza la tengo yo —Sacó del bolsillo izquierdo la otra pieza, me la entregó y las uní.
—Lucette y Ezequiel, por siempre —Leí. —Aww, es muy bonito, ¡Gracias otra vez! —Está vez yo besé su mejilla y noté que sus mejillas pasaron de blanco a rosado. —Dame, te ayudo a ponerlo —Dijo tomando mi pieza y se posicionó detrás de mí, tomé con mi mano derecha todo mi pelo y lo recogí. —Listo.
—¿Cómo me queda? —Pregunté soltando mi pelo.
—Perfecto —Admitió sinceramente y con una hermosa curva en sus labios.
—Ven —Dije. —Dame tu collar y date vuelta. Hizo lo que le dije y le coloqué el suyo.
—¿Y a mí como me queda?
—Muy hermoso.

El resto del día su familia y la mía fuimos a comer a un restaurant, como despedida de esas hermosas vacaciones. Esa noche había un show, un chico de no más de diecinueve años cantaba canciones viejas y actuales de todo tipo.
En la mesa, los chicos nos sentamos de un lado, y los adultos del otro. Mujeres de un lado, hombres del otro. Lo típico.

—¡Qué hermoso collar! —Dijo Roxy. —Se parece al de mi hermano.
Reí algo nerviosa: —Me lo regaló él, y Ezequiel tiene la otra pieza.
—¿En serio? — Me miró sorprendida. —¿Qué más te dijo?
—Dijo y lo cito: “Sé que pasaste mucho más tiempo con mi hermana, pero… el poco tiempo que pasé contigo fue estupendo”
—Aww, nunca pensé que él podría ser tierno —Dijo riendo. —Siempre lo vi estúpido y más estúpido.
—Bueno, yo creo que es muy tierno —Sonreí.
—¡Te ruborizaste!
—Mentira.
—Verdad.
—Mentira.
—¿Te gusta mi hermano?
Cielos, me descubrió. Sí. —No.
—¿Y entonces porque sonríes de esa forma tan peculiar?
No sabía que excusa decir, sinceramente, no soy buena para ellas. Muchas veces mis amigas y yo hemos estado en problemas porque yo no he podido mantener su boca cerrada.
Bajé la voz para que los chicos no nos escuchasen: —Ash, Está bien —Suspiré. —Sí, me gusta tu hermano.
—¡Lo sabía! —Sonrió. —¿Él gusta de mí? —Me atreví a preguntar.

Una voz grave interrumpió nuestra charla, el dueño se está voz pasó el brazo derecho por mi hombro y el izquierdo por el de Roxy.
—¿De qué hablan, chicas? —Preguntó August, quien siempre aparecía en momentos inoportunos.
—Cosas de chicas —Dije algo molesta quitando su brazo que estaba sobre mí.

Miré a Ezequiel que hablaba con Phil. Instantáneamente dirigió su mirada hacia mí, sonrió y su vista volvió hacia Phil.
—Vete, August.
—Pe…
—¡Largo! —Exclamamos Roxy y yo. August obedeció y se fue nuevamente con los chicos.
—Chicos —Bufó Roxy.
—Tu lo has dicho, Rox.

El resto de la noche cantamos desde nuestros asientos las canciones que pudimos reconocer y bailamos en la mini pista de baile. Ezequiel bailó conmigo una canción lenta. Sentía la mirada de ambas familias y todo el restaurant sobre nosotros, obvio que había parejas abrazadas que bailaban, pero si intentaba abrir los ojos o algo sabría que todos nos estarían mirando.
Él llevaba el ritmo. Abrazaba mi cintura delicadamente y yo rodeé su cuello con mis brazos, apoyando mi barbilla en ellos. Mi nariz rozaba con su suave cuello, el cual olía muy rico.
—Quisiera quedarme así por siempre, ¿Sabes? —Dijo sin titubeos.
—¿En serio? —Alcé mi cabeza y lo miré directo a los ojos. Solo unos centímetros nos distanciaban.
—Pues claro, ¿Por qué no querría? —Miró mis labios y luego subió la mirada. —Eres grandiosa, dulce y sobre todo hermosa.
—Extrañaré esto, ¿Sabes?
—¿Por qué? Nos veremos en el instituto, ¿Recuerdas?
—Sí, pero… ¿Qué dirán tus amigos? ¿Qué dirán las mías?
—Que digan lo que quieran, nadie nos va a impedir estar juntos.

Sin más me besó.

You Might Also Like

2 comentarios

  1. En serio, tiene que hacer los capítulos mas largos, porque me dejas un poco con la intriga de la historia, me lei la semana pasada el primer capítulo y hoy me paso y veo que estaba el segundo. No pares de escribir que como empiece algo tengo que seguir el hilo jejejejejeje. Un besito wapa. Creo que no me sigues aunque yo a ti sí, te as pasado por mi blog yo tambien soy nueva por aki. Espero que te guste y te quedes e insisto no pares de escribir. Muchos besitos
    http://entrepalabrasfelices.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya te sigo linda! :D
      Por cuestión de la novela, es de mi mejor amiga, cuando se conecte,le avisare que le comentaste.
      Mientras, puedes leer las otras novelas :)

      Eliminar

Hola! gracias por comentar en esta entrada del nuevo escritor.
Los comentarios son lo que alimentan a los blogs.
¡No queremos un blog desnutrido! Comentar es gratis y no te cuesta nada más que unos segundos :)