Séptimo capitulo
1:10
Titulo: Irresistible
Autor: Luana Montagna
Genero: Romántico, realista.
Edad: 12 años (contiene Bullying)
Semanas después, anunciaron un campamento en la reunión que hacía la escuela todos los sábados por la tarde. Las reuniones consistían en hacer actividades en grupo, nos enseñaban a ser más solidaros con los otros. A allí asistían los alumnos que quisiesen —yo con Clarie iba todos los sábados—, nos separaban por cursos. Los de tercer año de un lado, y los de segundo del otro. Los chicos de cuarto hacían sus actividades en una de las aulas. Nos dijeron que en el campamento de cuarto año lloran todos y no hay una persona que no lo haga.Los coordinadores nos dieron unos papeles para llenar con nuestros datos el cual teníamos que llevar al día siguiente. Ezequiel, por suerte, era mi animador. La mayoría de sus amigos lo eran y a él le pareció divertido serlo.
Al otro día, luego de consultar con mis padres y arreglar bien con Ezequiel, Roxy, April y Clarie, entregué mis papeles junto con los de ellos.
Dos días después ya era viernes…
Eran las ocho y media de la mañana y estábamos en el colegio, todos con cara de dormidos pero ahí estábamos. Nos dirigíamos al autobús que ya estaba cargado con los bolsos y las carpas. Desde allí nos iríamos a un campamento junto a otros chicos de otros distritos de Pal School. Mis mejores amigas; Clarie, April y Roxy, junto a mi novio, Ezequiel y yo estábamos en ese micro. Y también otros alumnos del instituto. En total éramos veinticinco. Ya emprendiendo el viaje, solo teníamos que esperar cuatro horas aproximadamente para estar allí.
— ¡Bueno chicos! —Nos llamó la atención Louis, el coordinador principal de nosotros
— ¿Están listos?
— ¡Sí!
— ¿No les falta nada?
— ¡No!
—Muy bien —se dirigió al conductor y dijo
— ¡En marcha! El motor del micro comenzó a sonar, nos empezamos a mover. En nuestro mini grupo estábamos distribuidos de la siguiente manera: April y Clarie en la parte delantera hacia la derecha, Roxanne y yo al lado de ellas pero separadas por un angosto pasillo y detrás nuestro Ezequiel, solo.
—Rox, ¿luego me cambias de lugar?
—Preguntó.
— ¿Por qué? —Reprochó ella
—. Quiero estar con mi amiga.
—Y yo con mi novia —
Roxy bufó. — ¿Eso es un sí?
—No.
—Así quedamos eh, luego no me pidas que te haga gancho con Sebastián.
—Está bien —bufó otra vez. —, pero luego yo vuelvo con ella.
—Eres la mejor hermana del mundo, ¿sabes? —Tampoco respondió. Luego de hablar un rato largo, Roxy decidió dormir un poco ya que faltaba mucho para llegar. Ya dormida, aproveché y me fui a sentar con Ezequiel.
—Hola.
—Hola amor —me besó la frente
— ¿Se durmió, no?
—Sí —reí.
— ¡Vaya!, sabía que se iba a dormir, le hubiera apostado eso.
—No seas mal hermano, sé bueno.
—Bueno, lo haré pero sólo porque tú me lo pides, te amo —contestó Ezequiel acercándose para besarme. Pasaron unos minutos mientras hablábamos. —Eze, estoy un poco cansada —dije acomodándome para dormir.
—Yo también lo estoy amor, hay que aprovechar y dormir ahora porque falta poco para llegar. Es ahora o nunca —Reímos. A las dos horas y media aproximadamente llegamos al lugar. Estábamos abrazados y dormidos, pero la voz de uno de los coordinadores nos despertó rápidamente.
—Vamos tortolos, despierten que llegamos —dijo Emma, la otra coordinadora.
—Sí, sí —dije fregando mis ojos —. Ya salimos. —Miré a Ezequiel quien sonreía. —Espero que esto suceda todos los días, espero que todas las veces que me levanté tenga tus brazos en mi y que estés al lado mío— le dije con una sonrisa en mi rostro. Luego de despertarnos del todo, bajamos del autobús y ayudamos a los demás a bajar los bolsos y los amontonamos en un montón. Nos presentaron a los otros distritos y nos dirigimos a hacer las carpas. Un campo gigante que daba para un total de más de doce carpas, un mástil dividía a los chicos por un lado y a las chicas por el otro. Comenzamos a armarla. Mi carpa quedaba, por suerte, no tan lejos de la de Ezequiel.
— ¿Por qué tienes una de las carpas más difíciles de armar? —Me reprochó Rox.
—No sé, pregúntale a mi padre, el la compro. No me retes —le hice carita de perrito. Al cabo de unos minutos terminamos de armarla, fuimos una de las últimas. Conmigo estarían Clarie, Roxy y April, y una animadora —No, no es una de esas animadoras con falda y su tan especial traje. Es una animadora que nos anima a nosotros, los animandos, todas los sábados por la tarde en las reuniones. —, todavía no sabíamos quién iba a ser. Pero yo rogaba, por sobre todas las cosas, que no sea Steff. Nos separaron en grupos junto con los demás chicos de los distritos, desafortunadamente no me tocó con Ezequiel, pero si con Roxy y un chico más de mi distrito, e hicimos unas actividades que tenían por regla que tenía que ser en grupo. A fin, todas las actividades, nos decían que teníamos que ser compañeros, ser solidarios, trabajar siempre en grupo. Alrededor de la una de la tarde, nos llamaron para almorzar. En el gran comedor, cada distrito con sus coordinadores y animadores se unían y platicaban entre ellos. Por mesa nos hacían pasar a buscar la comida con nuestro propio juego de cubiertos. Una hora libre de juegos, se necesitaba. No podíamos estar en el sector de las carpas, así que nos dispersamos por todo el campo. Al llegar al anochecer, el frío se hacía más presente un simple "Vayan por sus linternas y sus abrigos" nos indicaba que caminaríamos por el campo en la oscuridad, de los juegos no nos salvábamos, eso estaba clarísimo. Cada coordinador dirigía a su colegio hacia la fogata que no se hallaba tan lejos ya que a poca distancia podíamos ver el fuego que subía. Fuimos los primeros en llegar, luego los de Toronto y los dos restantes. En total, al rededor de la fogata éramos ochenta aproximadamente, contando a los animadores y coordinadores locales. La consigna de esa primera noche era que sin miedo, contemos nuestras historias de vida. Se sabía, por una encuesta que hicieron los coordinadores, que la mayoría había sufrido bullying así que teníamos que escuchar las historias, tenían que escuchar mi historia. No tenía opción. Revelar hacia personas desconocidas que mi vida no era color de rosa, no era sencillo. Le deseo suerte al que primero cuente su vida.
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